Mi historia con la Coca,
las suecas y el contrabando

Septiembre de 2021.

Me llaman para dar una charla de marketing digital a pequeñas empresas turísticas.

Allí les conté esta historia:

Hoy en día, Fuengirola es una de las ciudades más turísticas de la Costa del Sol. Cada año el sol, la playa y los chiringuitos atraen a miles de turistas de todos los rincones del mundo.

Pero hace mucho, mucho tiempo, Fuengirola era to campo, los chiringuitos no existían y en vez de turistas, había pescadores.

Así empieza la historia de nuestra bisabuela, María Peña, más conocida como María la Coca.

Cuenta la historia que se dedicaba al estraperlo y que traía harina, azúcar y jabón a la gente del pueblo.

Nuestro bisabuelo Manuel estaba siempre enfermo, así que ella era la que llevaba los pantalones en la casa.

Cierto día, construyeron una casa cuartel de la Guardia Civil, cerca de donde vivían los dos.

La Coca, que tenía mucha visión de negocio, decidió comprar un terreno y montar un comedor para darles de comer cada día y ganar un dinerito extra.

¡Toda la vida escapando de ellos y ahora les das de comer! Decía mi bisabuelo.

Poco a poco, fueron llegando más trabajadores y la casa cuartel se quedó pequeña. Así que la bisabuela empezó a construir habitaciones en el edificio para alquilarlas.

El negocio se fue expandiendo y la Coca acogía a viajeros, comerciantes y todo aquel que necesitara hospedarse durante su camino.

En mitad de la posguerra, la vida parecía ir bien.

Pero la bisabuela no era del todo feliz, porque le faltaba lo más importante: un hijo con el que formar una familia.

Un día, alguien llamó a la puerta y se encontraron lo que menos esperaban…

Resultó ser la criada de un señorito que vivía por allí cerca. Lo que no esperaban era el regalito que traía: un bebé que había nacido en secreto.

¿Eso significa que nuestra existencia es fruto del adulterio? No, señor.

Al poco tiempo de aquel suceso, el bebé murió y, milagrosamente, nació nuestra abuela Loli.

A partir de ahí, ya conoces el pack: la abuela se casó, tuvo 4 hijos y a trabajar en el negocio familiar.

En aquel momento ya empezaban a llegar los turistas y nos convertimos en una de las primeras pensiones de Fuengirola.

Con el boom del turismo en los años 60 y las películas de Alfredo Landa con las suecas en bikini, la Costa del Sol se convirtió en el destino de moda.

Nuestro abuelo siguió construyendo habitaciones y recibíamos visitantes de todos los rincones del mundo.
Visitantes que venían cada año y que al final se convirtieron en amigos.

Familias enteras llegaron a disfrutar con nosotros de las cenas de Navidad o viendo el Un, Dos, Tres en la TV del comedor (la única en color de todo el barrio).

¿Y qué queda de aquel entonces?

Dos bisabuelos, un abuelo, un tío y muchos amigos que ya no están con nosotros.

Ahora, el edificio está totalmente reformado y somos los nietos los que te recibimos con una sonrisa a la llegada.

En vez de el Un, Dos, Tres, en el gran comedor puedes jugar al billar y ver Netflix.

Además de las cocretas de la abuela, también hay dieta vegetariana y apta para todas las intolerancias.

Lo que sigue igual es el cariño, la cercanía y la dedicación con la que tratamos a todos nuestros clientes.

El Hostal Coca sigue siendo el lugar donde las familias disfrutan de sus vacaciones en un ambiente acogedor.

Si quieres pasar tus próximas vacaciones con nosotros, ya tenemos abierto el calendario para la próxima temporada.

Resultado de la historia: 

Varias personas me preguntaron cómo podían reservar habitación.

Un empresario que se dedica a los alquileres turísticos quería conocer al dueño para hacer negocios con él.

Pero la realidad es que, actualmente, el hostal ya no existe.
Yo solamente aproveché la historia de mi familia para demostrar los resultados de mi trabajo. Y funcionó.

La herramienta de marketing más poderosa son las palabras.

Con las palabras podemos cambiar la percepción que tenemos sobre un producto, servicio o persona.

O si no dime, ¿qué has pensado cuando has leído el título de esta página? 😉

 

Si mis locos experimentos creativos funcionaron para vender un negocio que ya no existe, imagina todo lo que podríamos hacer con el tuyo, que sí es real.